martes, 11 de octubre de 2016

CÓMO CREAR VILLANOS CREIBLES 2/2


Si has seguido la serie, concluiremos con esta entrada en este tema. Sino, o quieres refrescar tu memoria, te pido que también leas las primeras entradas de esta: La motivación de tu villano ¿la conoces? y Cómo crear villanos creíbles 1/2.

Hoy concluimos este interesante tema, con lo que no debemos hacer con nuestros villanos.

Antes de entrar de lleno en el tema, debo recordarte que toda la información de personajes y autores, están enlazados a Wikipedia, por si deseas conocer un poco más sobre ellos.
Hagamos un poco de historia: En países hispano-parlantes estamos influenciados por lo que se le conoce como telenovela o sólo novela en la televisión.
Empresas se dedican a producir una telenovela y si tuvo éxito, vuelven a hacer una nueva adaptación de ésta con otro nombre para las nuevas generaciones. Y fue ahí en donde yo descubrí a la “mala de la novela”, esa mujer que vivía sólo y exclusivamente para hacerle la vida de cuadros a la chica pobre, humilde y bella que el galán amaba.

Y esto me hizo detestar las telenovelas. Por alguna extraña razón, a mi temprana edad de ocho años, pensé en que eso no era posible. Nunca mostraban ningún ápice de humanidad, por nadie, sino sólo un amor enfermizo por el amado o el hijo. Fue hasta que miré “Yo soy Betty, la fea” que descubrí a una antagonista más humanizada, en Marcela Valencia, la novia de Armando Mendoza. Porque ella, era una mujer insegura que amaba mucho a su novio, pero que al mismo tiempo, deseaba mantenerlo sometido a sus caprichos y se cegaba por los celos; porque él no era tampoco monedita de oro. Al final de la historia, vemos su debilidad y su naturaleza humana con todas sus inseguridades. Pero la pobre de Betty, se vio rodeada de muchos antagonistas, que aunque le hacían la vida insufrible, ellos mismos pasaban sus malos ratos. Menos, Mario Calderón, quien ese era malo por natura y todo parecía irle en rueditas…

Conclusión, cada antagonista tenía sus virtudes y defectos. Y por ello, la telenovela rompió con todos los records de audiencia, ganando inclusive un puesto en el Guiness Record. Lo que hizo que se hicieran diferentes versiones de la misma en países tan lejanos (de Colombia), como Rusia, Francia o Japón, cada uno haciendo su propia versión de la afamada telenovela. Su triunfo fue que las personas se identificaran con los personajes, y no únicamente con la protagonista. ¿Quién no se ha sentido feo alguna vez? ¿O quién no ha recibido una llamada de la agencia de créditos? ¿Temor al fracaso? ¿Sufrido o hecho algún acto de infidelidad?
Pero, también estamos rodeados de errores a la hora de presentar a un antagonista; por lo que hay que evitarlos a toda costa, aunque lo veamos con frecuencia en libros, telenovelas o películas.

QUE NO DEBES HACER CON TU ANTAGONISTA
Aunque los villanos son importantes para mantener el suspenso o la intriga en la historia, y porque los héroes (ella y él o ellos, etc.) necesitan una oposición para lograr sus objetivos, el villano no es una pieza móvil o de decorativa en la historia.
Recapitulamos: El villano tiene una parte importante en la historia y debe ser tratado con el respeto y dedicación como lo hacemos con los protagonistas.
1-DARLE DEMASIADA IMPORTANCIA AL VILLANO - Si no estamos escribiendo sobre un antihéroe, lo mejor es mantener al antagonista un poco por debajo del protagonista. Si el villano tiene las mejores frases, las escenas más épicas, más memorables, tendremos un personaje con demasiado peso en la mente y atención del lector. Es indispensable, que el guarde su espacio, sin invadir el del otro.
Por poner un ejemplo, (con el perdón de J.J. Abrams, a quien admiro); en la película StarTrek: Into darkness, el personaje de Khan, opaca al personaje del Capitán Kirk, que comete error tras error durante el film. Las intenciones de Khan, parecían justificadas con los mejores diálogos, tanto que al final del film, el propio Kirk, hace uso de la frase: “Bienvenida a la familia”, a una nueva tripulante, cuando antes, durante todo el film, no hizo mención o actúo con ese pensamiento. Al contrario de Khan, que le interroga: “Mi tripulación es mi familia ¿Acaso hay algo que tu no harías por tu familia?


2-SU VILLANO NO DEBE PORQUE SER UN PERVERTIDO – Volvemos a mencionar, que a no ser que escriba sobre un sicópata, su villano no debe porque tener todas las manifestaciones que la sociedad rechaza. En las historias épicas, es común dotar de esas extravagancias al villano. Que no le falta asaltar a la villa, violar a todas las mujeres, sin importar ni la edad, para terminar quemando a todos vivos metidos en la parroquia. O que hace orgías a doquier, con quien sea y donde sea. Se bebe la sangre de sus víctimas en sus propios cráneos, etc., pero es algo que el género acepta. Pero si nos volvemos a la época actual, es el que no le importa sacar de su casa a una familia en pleno invierno por no poder pagar la renta. Bueno, de estos los hay, pero si a eso le sumamos que insulta, ofende a la mujer, la manda a la cárcel y la separa de sus hijos con la ayuda de la asistencia social…A menos que ella ceda ante sus perversidades… la cosa cambia ¿no?
Recordemos que según la historia, la intensidad de las intenciones del villano o antagonista, así será su personalidad. No todos pueden ser un Calígula o un Vlad Tapes, si se supone es una persona “normal”. Un personaje como Patrick Bateman de “American Psycho”, novela de Bret Easton Ellis, es digno de estudio. Por su complejidad, no porque al autor se le plació hacerlo malo porque sí. Era una persona sicópata y lo vemos transformarse a lo largo de la novela, narrada en primera persona, haciendo que te metas en la mente desquiciada del personaje.
3-CUANDO LO QUE HACE EL VILLANO ES OBVIO – La simpleza en el villano no es del agrado de nadie. Si este envenena al padre de la novia, y fue el último en verlo. ¿No sería el primer sospechoso?  Recordemos que el villano/antagonista debe ser complejo en el sentido que sus maldades son “bajo la mesa”, sobre todo si usamos a ese villano como el amigo hipócrita del protagonista. Cuando es un antagonista de frente, ese que no teme poner su oposición de manifiesto, debe emplear el recursos del camuflaje, es decir, dar información que resulte escondida al ojo del lector, pero que está ahí. Tanto el protagonista como el lector, pueden ir atando cabos, y no como una verdad revelada que no sorprendería a nadie.
4-ANTES DE QUE TE MATE…TE CONTARÉ TODO - Esto nos lleva a esta parte, cuando el antagonista se confiesa ante sus víctimas. Eso yo aprendí a detestarlo en las telenovelas, la mala acorralaba a la heroína y a punta de pistola, le decía todo lo que había hecho, y lo que pensaba hacer para deshacerse de ella y como se quedaría con el chico de la novela, diciéndole que estaba embarazada. Quizá por la influencia que tenía con la serie de dibujos animados de Scooby Doo, donde al final de cada episodio, el malo confesaba sus crímenes, terminando con la frase: “Si no fuera por estos chicos…”, esas dosis de honestidad en el antagonista me parecían antinaturales y metidas con calzador.
Su antagonista no está en el confesonario, no debe dar las razones de su odio, porque su mamá no le compró aquel helado en el verano del 1999, tampoco debe exponer sus rabietas o temores ante sus “enemigos”. Nosotros, como personas normales, no les damos esas herramientas a las personas que sabemos que no le somos de su agrado o pueden tomar ventaja de esa debilidad. No vamos a la oficina del jefe de RRHH y le decimos: “Los informes de contabilidad, me los hace Domínguez, porque a mí me da pereza y él es un mandado”, tampoco debería pasar en las historias. Para ello existe el recurso de la narrativa, los flashback y los giros argumentales que nos sirven para sacar a la luz, esos detalles que nos hacen comprender porque ellos son como son.
5-EL VILLANO DE TODA LA VIDA – Las historias están plagadas de los mismos antagonistas de siempre. Sobre todo en las novelas con inclinación romántica, dramáticas o distópica. El malo de la historia es el/la amante celos@, la hermana envidiosa, el jefe déspota o el líder ególatra. Sí, sé que de eso está plagado el mundo y pareciera que no podemos evitar caer en los mismos patrones. Sin embargo, hasta lo común puede volverse diferente e inclusive extraordinario. Para pensar en un antihéroe (él es su propio antagonista) es el personaje de Jean-Baptiste Grenouille, del libro “El perfume” de Patrick Süskind . Es un simple joven criado en la pobreza, que se obsesiona con el olor de las cosas, tanto que se convierte en un asesino recolector de aromas. ¿Sigue siendo un simple chico? Sí, lo es. Pero es su personalidad y su cualidad lo que lo hace extraordinario. Para las historias alejadas de lo fantástico, esas mismas personas, deben de poseer una personalidad que no resulte común, la hermana envidiosa no debe estar sólo llena de amargura; puede ser una mujer de una gran belleza, pero es insegura. Sin embargo, tiene talento para el canto y es dama voluntaria. Crear esos contrastes del yin-yan en los personajes, los vuelve atractivos. Recuerda, el antagonista no sólo vive para hacer maldades, también tiene una vida propia y quizá tiene cualidades que únicamente manifiesta con un grupo reducido. Un ejemplo de esto, es el Sr. Brooks, que es un asesino en serie, pero lleva una vida familiar bastante común.
6- QUE LAS RAZONES TENGAN PESO – Como mencioné antes, el antagonista debe de tener razones de peso para sus acciones. Sobre todo, para aquellos con grandes planes de venganza. Esto toma tiempo, energía, ponerle mente y planificarlo para que sea ejecutado de la forma, que el antagonista, este satisfecho. ¿Pero qué si al final, el lector se entera que su ira contra el protagonista, es porque antes fueron amigos y se separaron al salir del bachillerato? Debe existir algo que justifique esas acciones en la medida de su ira. ¿Su odio es por la humanidad? Justifíquelo. No nos olvidemos de Hannibal Lecter, personaje de las novelas de Thomas Harris,  su odio por las personas fue producto del sufrimiento que fue sometido siendo un niño, y la tortura que pasó en manos de personas que fueron tan malas como el mismo terminó convertido. Hay historias que las razones de la maldad están justificadas por la codicia, la ira, los celos, la ambición desmedida y ansias de poder, esto combinado hace de un malo, un malvado. Si su antagonista es un abogado que mete en líos a su compañero de leyes, porque anhela ese puesto, es válido, pero si se suma que está secretamente enamorado de la chica de su rival, justificará mucho más sus maldades. Recuerde…


7- CUANDO EL VILLANO SOBRA – A veces una historia no tiene un antagonista principal, sino una serie de opositores a que los planes de los protagonistas se realicen como ellos esperan o desean. Hay personajes que son un lastre a que el protagonista evolucione, y le colocan muchas trabas, que le impiden avanzar a su meta. Pero a veces, también cambiamos a esos antragonistas, de tal manera que se convierten en otra cosa, muy fuera de lugar de la historia. Como comenté anteriormente, la vecina chismosa, que termina siendo una asesina sicópata que desea matar a la protagonista. Cada antagonista u opositor debe de tener una razón. El antagonista es como el hule de resorte, retiene por un tiempo pero servirá para catapultar la historia y al protagonista a otro nivel. Si solo existe para hacer oposición y el héroe no avanza nada, no aprende nada y todo sigue igual, elimine a ese opositor. Reinvente otro, dele un giro al porqué existe, pero no lo deje ser igual. A la roca en el camino, se le rodea, se le atraviesa o se le salta, no se queda uno contemplándola esperando que se mueva sola.
8- EL VILLANO QUE JUSTIFICA AL HEROE/HEROÍNA – Es ese personaje malvado u hostil, que sólo funciona para resaltar las virtudes de los protagonistas. Es la prima malvada que envidia la belleza y el candor de la joven, el amigo envidioso de los talentos deportivos de su amigo que aborrece en secreto. Y los dotamos de todos los defectos posibles, para que nuestro héroe brille por luz propia. Si debemos colocar a nuestros protagonistas a la par de un defectuoso para que brillen, significa una sola cosa, no hay grandes virtudes en ellos dignas de admirar. Hay que usar otros recursos narrativos para sacar a la luz esas cualidades novedosas en los protagonistas, pero nunca usar el recurso de poner a un feo, al lado de la bonita.
9-EL VILLANO DEBIL – El punto anterior, nos lleva a esta nueva discusión. Nunca usemos al villano para demostrar la superioridad del protagonista. Este merece un digno contrincante a quien enfrentarse. Si el protagonista con una mirada o una palabra, hace temblar al villano, pensaremos que solo se trata de un bufón. El villano debe tener cualidades y habilidades iguales, o superiores, al protagonista. Los villanos son personajes que siempre han demostrado dos cualidades: Perseverancia y Astucia. Ellos sin importar un fracaso, lo tomaran como aprendizaje, para desarrollar sus tácticas. Porque ellos se defienden como gatos panza arriba. Recuerde que un villano guarda un as bajo la manga, y la usará cuando la necesite.
10- USAR EL DEUX EX MAQUINA – No juegue con la inteligencia del lector. Si su villano tiene planes, deben ser coherentes. Ese as bajo la manga no aparece de la nada. No resuelva tampoco por arte de magia, los conflictos entre el protagonista y el antagonista.  En algunas ocasiones, la historia no resuelve un conflicto, ya sea porque se piensa continuar una serie, o porque el autor decide que el mismo no se resuelva. Como por ejemplo que el asesino nunca sea capturado. Pero todo debe de tener un cierre, es decir que aquello que debe ser cerrado se haga. Si el personaje tiene un conflicto con su padre abusador, este quizá no se arrepienta, pero el protagonista puede continuar su vida, sin que las heridas del pasado le afecten para destrozarlo, si es que termina en redención. O por el contrario, que ese mismo trauma, se vuelva en contra suya.

HAGALO BIEN

Como consejo final, recuerde que debe investigar mucho sobre su villano/antagonista/opositor. El tiene un puesto importante dentro de su historia, es quien hace que su protagonista pueda desarrollar sus cualidades, puede incrementar el “vértigo” en la historia y evocar emociones impensables en el lector.
Tómese el tiempo para conocer a su antagonista, véalo como una persona real, tanto como ha imaginado a su héroe. Sea como un sicólogo frente a él/ella. Medite sus acciones, remueva el suelo, vaya a la raíz. Solo así podrá estar seguro que lo que escriba de ellos, es exactamente lo que ellos harían.
Los personajes antagónicos, pueden ser muy entretenidos de crear. Sobre todo si sus personalidades son atrayentes por alguna cualidad. Yo siento enorme atracción por las mentes brillantes y las personalidades seguras. Pero si a esto le sumamos, maldad extrema, mi admiración se convierte en temor. Su rol es mostrar las flaquezas del hombre y que todo ello siempre trae consecuencias, a veces, no agradables.

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Hasta la próxima, ¡Nos leemos!

4 comentarios:

  1. Como siempre excelente K.Marce :D
    Un abrazo amiga!

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    1. Muchas gracias amiga, espero que te sea útil cuando escribas de un malo-maluco.
      Y uno de mis villanos favoritos, es "Cerebro", ese ratón cabezón que nunca logra nada, pero que cada noche, piensa en... ¡cómo conquistar el mundo!

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  2. Excelente conclusión. También detesto ese final en el que el malo elabora una rocambolesca situación para matar al protagonista o le explica el por qué de su actuación simplemente para dar tiempo al héroe de escapar. Para concluir, creo que un buen villano es aquel que se conforma con el reverso del protagonista. Por ejemplo, si el protagonista es un defensor de la naturaleza, el villano debe ser alguien que entienda que la manera de defenderla es extinguiendo a los seres humanos. La otra moneda como Dos caras en Batman. ¡Aplausos!

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    1. Me gusta esa perspectiva, cuando el protagonista y el villano, parece que tienen un mismo horizonte; pero la inclinación es completamente opuesta. Muy agradecida que lo hayas compartido y que comentaras. Es un gran estímulo para mí, porque cuando estudio un tema, ya quiero compartirlo con todos ustedes. Un saludo afectuoso amigo de letras. :)

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