Uno de los puntos que disfruto a la hora de escribir ficción, son los diálogos. Quizá porque es la puerta de acceso/salida rápida a determinada situación. Te evitas las descripciones largas, la narrativa pesada y te vas directo a aquello que quieres manifestar.
No desmerito para nada todo eso, y es altamente recomendable que se mantenga un equilibrio entre la narrativa y el diálogo. Hay que saber cuándo, cómo y dónde cortar la narrativa (o al contrario) y hacer uso del diálogo (o la narrativa).
No desmerito para nada todo eso, y es altamente recomendable que se mantenga un equilibrio entre la narrativa y el diálogo. Hay que saber cuándo, cómo y dónde cortar la narrativa (o al contrario) y hacer uso del diálogo (o la narrativa).